22 de enero de 2015

Los usos variados del Jengibre

El Jengibre Zingiber officinale es una planta que destaca por su peculiar tallo subterráneo, considerado un rizoma dispuesto en sentido horizontal y ciertamente apreciado y reconocido tanto por su aroma como por su sabor picante. La planta, que puede alcanzar el metro de altura, crece con total normalidad en la mayoría de regiones tropicales del planeta, aunque las más comercializadas proceden de cultivos sitos en Perú o China.

Si bien está muy arraigado en la gastronomía de diferentes culturas asiáticas, en la cocina occidental es más extraño toparse con él; no obstante, su presentación en polvo es usada en ocasiones en la producción de dulces, sobretodo caramelos o galletas…



En cuanto a su aspecto terapéutico, la Medicina Tradicional China usa diferentes partes y formatos de tan valiosa planta: el rizoma fresco, su presentación en polvo (tras secado), el propio rizoma tostado o carbonizado, la piel del mismo o incluso su jugo.

En cuanto al rizoma fresco, si bien no guarda gran potencia al respecto, se le otorgan ciertas acciones dirigidas a resolver resfriados incipientes. En este caso, destaca por su poder calentador, como un buen antitusígeno y, sobre todo, antiemético (contra el vómito). Este mismo rizoma pero envuelto en papel humedecido y puesto cerca del fuego, tras ser tostado amplía sus acciones a detener las diarreas.

En cambio, su variante seca tiene mayor poder calentador y lo hace más internamente, para casos en los que una persona ha cogido mucho frío o ha estado un tiempo expuesto al mismo. Si el rizoma seco se tuesta hasta carbonizarse será apto para detener hemorragias.

Por último, si atendemos al poder que tiene la piel y el jugo, la primera es capaz de estimular la diuresis y ayudar a resolver edemas incluso en embarazadas; mientras el segundo resuelve flema, tos, náuseas y vómitos, pero en cuadros más agudos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.